Qué gran frase y qué gran verdad. ¿Sabes qué? He tenido demasiados problemas esta semana, me he sentido sola, me he sentido realmente mal. Sé que soy rencorosa como nadie, puede que no sea tan humilde, soy egoísta, egocentrica, y no escucho razones. Bueno, sí, las escucho, pero no doy mi brazo a torcer. He aprendido muchas cosas sobre como soy y la verdad, tengo miles de razones por las que me deberíais dar la espalda. Sin embargo, yo siempre he buscado al típico amigo perfecto, aquel que te dice las cosas a la cara, que no te miente, que no se anda con rodeos, que te perdona, que vamos, que es totalmente perfecto. Sin ninguna otra descripción. Me he dado cuenta de que no merezco ni la mitad de lo que tengo, porque en parte, soy mala persona. No soy ni tan buena como aparento, ni tan mala como en los cuentos. Después de esta semana, sé que puedo contar con vosotros, que quizás no me digais toda la verdad, que quizás me mintais para que siga siendo feliz.. No sé, pero seguiré siendo yo.
He perdido amigos, y en parte por mi forma de ser, he perdido amigos por centrarme estúpidamente en aquel mierda de principel azul que jamás apareció, he perdido amigos por mi propio criterio sobre las personas y sobre todo por mis altas expectativas sobre hombres. Y por todo eso os quiero pedir perdón. Por dejaros de lado, por no preocuparme por lo importante. Perdón, por olvidar tantos momentos y centrarme en una estúpidez amorosa. Porque para eso, tengo toda la vida, pero para vosotras, quién sabe.
Gracias de verdad, por estar ahí cuando más se os necesita. Y cuando menos, también.
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