Te escondes, encuentras aquella habitaciòn negra y oscura que piensas que es el valor, crees ser valiente no siendo tú, piensas en el tiempo, en sueños y no te das cunta de la verdad, porque tus sueños superan a la realidad. No eres capaz de decir lo que piensas, lo que extrañas, lo que quieres, por verguenza, persigues la estúpida moda, te llevas por los complejos, escondes tu mismo tú, te enfadas con el mundo y sufres de tal manera por dejar de ser quien eras. Pensabas que ser cobarde era ser lo que creyeras. "Los valientes los que saben llorar con la cara descubieta" los que dicen la verdad, los que dicen lo que saben, lo que piensas, los que no se rinden, los que prueban cualquier cosa nueva, los que saben decir que no, los que admiten los complejos y añoran a los demás, los que se disfrazan de sí mismos, los que encontraron el verdadero valor, los que no siguen las modas, los que saben valorar a las personas por lo que son y no por lo que tienen.
Y después caes en la trampa y te enamoras, y te vuelves estúpido, "no creas cariño que es tan fácil de olvidar" Eres fuiste y serás lo más grande que yo he tenio'. Y esque sabes que te enamoras cuando a pesar de tener razones para odiar a esa persona, tienes la capacidad de no poder dejar de pensar en ella, de hablar con ella, de querer estar con ella, de soñar con ella. Y esque el corazón le gana el pulso a la razón, y tu vida te sabe a poco, te vuelves idiota y entregas tu vida, tus ilusiones, tu tiempo, tus ganas... Perdóname por querer entregarte mi vida, por ser tú en este mundo lo más grande que yo he tenio'.
No sé cual será la forma en la que miras que duele, aún sigo buscando respuesta al misterio de tus ojos verdes, te hubieran quemado en la hoguera hace cien años, porque esos ojos no son de esta tierra, ni esa mirada embrujada de esta planeta. A veces pasa que te enamoras y sientes como se clava ese nudo en la garganta y luego te brillan los ojos cuando te roza el alma...
Sientes esa necesidad de abrazar, de besar, de estar con esa persona que sientes como caen las lágrimas por tu cara.
A veces pasa que necesitas tumbarte en tu cama, mientras miras la oscuridad, y lágrimas resbalan en tu rostro, mientras recuerdas un recuerdo feliz, el poder recordarlo y no poder estar allí, aquella opotunidad que dejastes escapar por aquello que podían decir de ti, aquella persona que negastes y que tanto amabas, aquel recuerdo que jamás volverá, aquel amigo que se fue y no volverá, algo que jamás tendrás. Pero la vida es más bonita desde el minibar. Me gusta imaginar y jugar a pensar que sigues conmigo y pronto volverás. Ya sé que es más fácil tirar la toalla que echarle valor. Y qué dijimos o no dijimos y al final olvidamos el motivo. Tú ahí mirando a la nada, y pasan los años, los meses, los trenes y tú en el andén pero siempre los pierdes, les gritas pero no se detienen. Son oportunidades que se fueron por el miedo, el miedo a perder a esa persona, a ese alguien, a esa persona que te robó la vida y te dejó sin nada, a esa persona que sigues amando, porque una vez más, el corazón le ganó el pulso a la razón.